¡Señorita Laura! ¡Mi celular esta poseído, Señorita Laura!

 

Una llamada durante la madrugada te despierta más rápido que una cubetada de agua fría, de inmediato tu mente prende los focos rojos de alarma y la adrenalina te prepara para recibir una mala noticia, porque seamos sinceros ¿Quién nos llama en la madrugada para desearnos un feliz cumpleaños o para avisarnos que nos ganamos el melate? El timbre del teléfono en la madrugada es el heraldo de las malas noticias.
El ultimo domingo de mis vacaciones, puse la alarma de mi celular para despertarme e ir a trabajar; ponerlo a las 06:45 a.m. me pareció ideal para acudir al baño, hacer “carita de león”, bañarme y prepararme en mi odisea de regresar a laborar. El lunes en la madrugada el tono del celular me despertaba, mientras que en mi mente me autoflagelaba por ser del proletariado y tener que levantarme. Hasta que algo me sacó de mis pensamientos masoquistas, fue el tono de alarma que le puse al teléfono, ya que no concordaba con el que estaba sonando, sin duda era una llamada, lo cual corroboré al mirar el reloj y ver que eran las 05:55 a. m. de inmediato tome del buró mi celular y mire quien marcaba…
¡Ah chinga! Es el numero de mi vieja ¿Pues dónde estoy? Voltee y mi esposa dormía a un lado de mi, conteste y escuché una especie de estática bastante extraña, sinceramente no percibí voces macabras, ni alaridos, psicofonías o alguna mamada por el estilo que le diera un toque más lúgubre a este post. Lo primero que se me ocurrió fue tomar el celular de mi esposa que estaba también en el buro y efectivamente estaba marcando mi número. Volví a colocar el celular en mi oreja y seguía la estática, incluso conteste – Bueno…Bueno- sin recibir respuesta. Opté por despertar a mi esposa para enseñarle los celulares y contarle, pero solo me dijo que colgara.
Me pareció bastante extraño, sin embargo pensé que el celular de mi esposa se había mojado al servirme agua en la noche y por ser mi número, el último número registrado, se habría marcado por algún insólito cortocircuito.
Ya no pude dormir y me fui a trabajar, lo primero que hice en el trabajo fue contarle lo que me ocurrió a un amigo y al enseñarle la hora en que se registró la llamada, la hora había cambiado a las 06:45, que era la hora en que estaba programada la alarma. Mi esposa me habló tiempo después para avisarme que su celular había tenido falla, la cual no reconocía el chip, que lo sacó, lo reinició, pero todas las llamadas registradas se habían perdido. Al llegar a casa lo primero que hice fue presumirle que la llamada que recibí de su celular en la madrugada, se había registrado a la hora en que tenía programada la alarma. Busque el registro, pero ya no aparecía ningún registro de dicha llamada.
P.D. ¿Pero saben qué? Me vale verga, me hubiera dado más miedo recibir malas noticias en la madrugada que esta llamada extraña.

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