Hurgandome la nariz tras una
intensa picazón, extraje de mi poro nasal un enorme moco, de esas chingaderas
que sientes que te trajiste parte del nervio óptico e incluso le estructura del
moco asemeja que fue así. El moco lo tenía todo: textura, tamaño, matices de
colores e incluso si uno lo miraba bien, como lo hice yo, podría verse un rastro
de vida en el. Una chingoneria en toda la extensión de la palabra, que a fin de
cuentas fue a parar con un aventón de dedo a la banqueta.
Puede jurar que vi de reojo que el pinche moco reptaba y al voltear a verlo se quedaba quieto, dejaba de verlo y reptaba, volteaba a verlo y se detenía, era bastante paranoico seguir esa actividad por lo que decidí retirarme y dejar que aquel ser; por chingon que fuera; siguiera su destino. Tiempo después al pasar por el mismo lugar, el moco ya no estaba, quizá se fue a buscar alojamiento en alguna otra nariz o vaga por caminos desconocidos y duerme bajo los puentes, quizá mutó en una especie diferente y planea un ataque a la humanidad en un futuro incierto. No sé. Lo cierto es que preferí expulsarlo de mi interior.
Puede jurar que vi de reojo que el pinche moco reptaba y al voltear a verlo se quedaba quieto, dejaba de verlo y reptaba, volteaba a verlo y se detenía, era bastante paranoico seguir esa actividad por lo que decidí retirarme y dejar que aquel ser; por chingon que fuera; siguiera su destino. Tiempo después al pasar por el mismo lugar, el moco ya no estaba, quizá se fue a buscar alojamiento en alguna otra nariz o vaga por caminos desconocidos y duerme bajo los puentes, quizá mutó en una especie diferente y planea un ataque a la humanidad en un futuro incierto. No sé. Lo cierto es que preferí expulsarlo de mi interior.
Ese día también decidí expulsar cosas
de mi vida, empecé por tirar esas camisetas viejas que están mas transparentes
que el hule con el que forran las libretas, tire mis álbumes de Mazinger Z y de
Sailor Moon. Saque la tierrita de entre los dedos de mis pies, tire mis dientes
de leche y saque a la basura unos zapatos de cuando fui Sexy Chambelan. Pero
sobre todo decidí dejar atrás viejas costumbres, dejar atrás esos hábitos que
no me dejan avanzar, decidí cambiar un poco mi vida.
No recuerdo en qué lugar escuche
que tiene tanta importancia aprender cómo olvidar, por eso decidí olvidarme de
mis rencores, de mis vicios. Opte por comenzar una vida más sana, hacer un poco
de ejercicio, retomar mi vanidad y mi autoestima, colocar ese viejito gruñón en
un cajón y sacar mi escuincle interno. Dejar a un lado la pereza y emprender
nuevos proyectos. Quiero tener un logro a corto plazo y poco a poco concluir el
sueño que alguna vez tuve o al menos divertirme en el camino.
Por lo pronto quiero acabar con
este panzón en el que me he convertido, empeche a hacer ejercicio y espero
mantenerme a flote y con ganas para continuar, al mismo tiempo dejar de ser tan
pinche enojón y empezar a ser mas conchudo con ciertas cosas a las que les doy
mucha importancia y no vale la pena. Me voy a culear a la vida porque hasta
ahorita sienta que ella me fornica y ya me canse. Voy hacer fuerte y cabrón, me
vale madre todo…
Ay wey!! Me pegue en codo y duele
un chingo. Les dejo porque ya me hizo enojar la pinche alarma del vecino y voy
a romperle los cristales y saltar en el toldo hasta que salga a apagarla.
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