Inicia el año y todos andamos
como pendejos diciendo que tenemos propósitos para realizar durante el
transcurso de este “Valle de lágrimas”; como dice mi abuela. Entre los más
mencionados que he escuchado destacan:
¡Ya voy a dejar de chupar!
Obvio que vas a dejar de chupar,
con la cruda física y moral que nos deja andar de borrachos todo diciembre es
obvio que lo único que deseemos sea recuperar la salud y nuestra economía.
Andas desvariando por una chela porque el síndrome de abstinencia hace estragos
en tu cuerpo y como te cortaste la borrachera de tajo, la cruda aun corroe tus
entrañas y tus riñones no aceptan agua hasta por ahí del día 15 después de que
le paraste. Aun así ya tienes una invitación para una fiesta en febrero y
piensas seriamente en que si te tomaras una chela o no.
Putss! Si lo sabré yo, que soy un pinche marrano, todos andan como
pendejos buscando una pócima o remedio mágico que nos permita bajar la panzota
chelera-taquera como si se tratase de la Fuente de la eterna juventú. Basta con
ver el paso de las ballenas cuando vas en tu carro rumbo al trabajo. Las avenidas
que tienen un camelloncito o que están junto a muchos arbolitos o por el
parquecito están plagadas de gordas enfundadas en el pants que usan para dormir
con una cinta en la cabeza y su playera de Luis Miguel en concierto semi trotando
y resollando como búfalos a los 3 metros de esfuerzo.
¡Voy a dejar de fumar.!
Escribes este propósito quitándole
la ceniza a tu cigarro y pensando que mas burradas deseas para este año. La única
forma seria que le pusieran más impuestos al cigarro, le subiera el precio y
que solo los vendieran con licencia tramitada en los burocráticos recintos de
tu municipio. Aun así, cualquier bacha en el suelo seria levantada con
disimulo. ¡My Precious!
¡Le voy a echar ganas!
¿A qué? Ni tú sabes, pero piensas
que con esto vas a tener mejor trabajo, vas a tener mejores calificaciones,
este año te vas a graduar, te vas a llevar mejor con tus hijos o tu esposa… No
sabes, pero le vas a echar ganas. Sin embargo de tanto que le echas ganas te
cansas y decides un día que te vas a ir algún lugar de parranda, donde vendan
un buen corte de carne, buenas chelas y tenga un espacio para fumarte un
cigarrito para los nervios que te están matando por tanta presión que te exiges
para salir adelante con tus propósitos de fin de año, al final decides que te
puedes relajar así cada semana.
P.D. El camino al infierno está
lleno de buenas intenciones. HLMDP
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