Yo quiero ser como mi papa...


Ah, ¿Quien no recuerda esa bella melodía? Un roedor cantando alegremente “Yo quiero ser como mi papa…” Y uno mueve y mueve la cabeza al ritmo de la música y con esa voz chillona de escuincle cante y cante con unos gritotes, al punto de que nuestra jefecita nos mandara al ídem.

La neta si me cuadraba “reharto” la rolita, pero en mi proletaria clase social, no me imaginaba poniéndome crema de rasurar, mi Jefe usaba jabón. Tampoco la caña de pescar, ya que aunque en la familia somos jarochos, a mi Jefe tampoco le gustaba la pesca, es mas, hasta la fecha creo que le caga, por lo mismo nunca se compro una caña de pescar. Lo que si se compro fue una guitarra de Paracho, Michoacán, aunque nunca la uso.

Creo, que todos lo Jefes son un personaje, por ejemplo el mío, que le encanta el pedo igual que a mi y andarle chingando en la industria y a mi no, pero ahí me traía en chinga, haciendo naves industriales, dándole mantenimiento a edificios y la chingada….

Por ello me acuerdo que una vez en la escuela, un pinche licenciadillo que nos daba administración, se puso muy chingon a decirnos: que nosotros estudiábamos en esa escuelilla por que nuestros Jefes no nos podían dar una mejor educación, el muy Ojete decía:

- ¿O que? ¿Quien de ustedes tiene un papá Licenciado, Ingeniero, Industrial o Banquero?-

Obviamente el único cabron que levantó la manota, fui yo. Ante la admiración de todos mis compañeros de la clase y del ojete del licenciado, quien sin salir de su asombro me dijo:

- ¿Tu? ¿ Que es tu Papá?
- Banquero. – le dije con aire muy chingon.
- Ah caray! ¿ Y de que banco? - Dijo viendo con otros ojos.
- No, es banquero por que la semana pasada hicimos 50 bancos para una maquiladora.

Ya se han de imaginar la risa que causó esta pendejada, el profesor se puso de mil colores, ya que no esperaba una respuesta como esa y me saco del salón. Yo la verdad me sentía un héroe, ya que al wey este le salio el tiro por la culata en su intento de semimotivación humillativa.

Epilogo.

Mi Papá sigue chingandole en lo mismo.
Yo ya no le ayudo, pero cuando tiene oportunidad me manda a hablar para que le ayude.
Ya no me gusta la canción.
El licenciado se hizo mi cuate, pero siguió siendo un mamon.
Yo también ya soy padre.
Escribo puras mamadas.

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