Las Metroaventuras y el asaltado de Vallejo.

Por lo regular viajo al D.F. cada quince días, y sinceramente me gusta ir a pesar de las multitudes, el ajetreo y que algunas veces voy bien crudo. Claro sin olvidar que también hay asaltos y me ha tocado ver agandalles a punta de pistola y a pinches locos tirando balazos a lo pendejo. Ya no me espanta la ciudad.

Quizá para los que habitan ahí, es común ver el vaivén de la gente, el estira y afloje de las actividades cotidianas y lo cosmopolita que puede volverse. Pero a mí, que solo soy un pinche jodido pueblerino, me gusta ver todo eso y sobretodo me gusta viajar en el metro cada que estoy ahí, ver al carnal que se avienta sobre una playera llena de vidrios, escuchar la música de los carnales que llevan su mochilita con bocina y discman para vender CD´s, también a distinguidos caballeros que piden una “ayudita”.

Por cierto, en ese contexto, quiero hacer una mención honorifica a un hijo de su puta madre, vividor, señor que… Bueno, mejor les voy a contar una historia, pero eso si ¡Que no salga de aquí!

“Había una vez, en una tierra muy, muy cercana, un apuesto joven que viajaba constantemente de su comarca al reino del D.F. En unos de sus viajes, se metió al Metro, como era su costumbre; mientras esperaba el vagón, se le acercó un individuo, quien con voz triste y apesadumbrado, le dijo – Me acaban de asaltar… ¡Apenas venia de cobrar mi quincena! –

El joven volteo a ver al individuo y solamente asintió con la cabeza, haciendo un ademan de “mevalemadre”. – Voy hasta la comarca de Xochimilco y me dejaron sin un peso – replicó el individuo, poniendo ojos de gatito de Shrek. – Disculpa buen hombre, pero en este momento no dispongo de ni un duro, para ayudarte a mitigar tu pena. Perdóname, sinceramente siento atormentado mi corazón al no poder contribuir en tu ayuda- Menciono el Joven, con sincera tristeza…….NO, NO, NO!!!… ya me estoy poniendo muy mamon!!!!

Lo que realmente pasó, es que estaba esperando el metro, y llego un cabrón alegando que: lo habían asaltado en Vallejo, que traía todo su sueldo y se lo quitaron, que iba hasta Xochimilco y que la chingada, era un señor cincuentón, que se veía como si trabajara de obrero. Yo, pendejo, le di como cinco varotes, (traía como veinte pesitos sueltos, pero pensé que eran mejor CINCO VAROTES). Bueno hasta ese día, pasaron como tres semanas y me lo volví a encontrar, la neta siempre he sido bien pendejo para acordarme de las caras y los nombres; de un wey como ese no me hubiera acordado jamás, de no ser por que llego y ¡ya sabrás! ¡LO ACABABAN DE ASALTAR EN VALLEJO! Le quitaron todo su sueldo, iba hasta Xochimilco y la chingada y media que me dijo la vez pasada. ¡No mames! Obvio le dije que no me estuviera chingando, le comenté ¿Qué si era cliente de los asaltantes? ¿Porque cada que lo veía me salía con el mismo cuento? El muy pendejo no sabía que decir, solo atinó a pedirme la hora y salir hecho la chingada caminando a otro lado. Creo que aprendí la lección, no darle mi dinerito a pinche vividores.

Por eso, el otro día que también esperaba en el Metro y se me acerco un pendejo que me contó que lo habían asaltado y que ¿si no traía “unos tres pesos” (ojo, ya hasta cuota fija me piden) para echarle la mano?, lo ignoré completamente. Por cierto, ya se han de imaginar a quien fue el que me dijo que lo asaltaron.

P.D. Pongámonos a trabajar para ser mas cabrones y hacer que el país avance. Y si te asaltaron en Vallejo, es por eso…porque estamos Hasta La Madre de Pendejos. HLMDP

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