Buen fin


En un tiempo anterior, la llegada de mi aguinaldo (soy un “asalariado de mierda”) era un derroche de vanidad, me sentía el Huicho Domínguez al menos por una quincena o menos; por lo regular menos; Lo más curioso es que entre mi esposa y yo pensábamos que ese dinero nos iba a alcanzar para todo, ilusos, decíamos en nuestras conversaciones: “Ora que llegue el aguinaldo pagamos esto…” “Ora que llegue el aguinaldo compramos est´otro…”  y ahí estábamos abrazados, cachete con cachete y tomados de las manos como Pedro Infante y su “Chorreada” suspirando por la pronta llegada de un dinero extra; dignos de un cartel para la celebración de la época de oro del cine mexicano; pensando en que con el aguinaldo se nos acabarían los problemas económicos adquiridos durante todo el famélico año. ¡Oh que gran estúpido! Como si fueran a dar una carretillada de dinero, o me fueran a mandar un camión de valores a mi casa para dejarme el aguinaldo, ¡No grandísimo pendejo! ¡No! Mi aguinaldo cabe en un sobre de plástico del grosor de la chapa de Oro y plata  que les pusieron a las medallas de los Juegos Panamericanos.

Ahora tengo un poco mejor mis finanzas, aunque debo confesar que arrastro deudas de años pasados, estas se están subsanando y ya no me siento el Huicho Dominguez ni Rico McPato cuando me llega dinero extra, tampoco lo derrocho, aunque tampoco soy el gran administrador que México necesita; sin embargo al escuchar la propuesta del Gobierno federal de imitar el “Black Friday” durante 4 cuatro días, me pongo a pensar en el estado económico tan desnutrido en el que nos encontramos, es obvio que si nos dan un poquito de dinero y nos dicen que nos demos vuelo comprando cosas porque las van a bajar de precios, vamos a ir cachondos y febriles a las tiendas a derrochar lo poco que tenemos, para que al llegar la cenas de Navidad y Año Nuevo nos andemos rascando la cabeza para pagar los romeritos y cambiemos el Pavo por un pollo rostizado, pero en el buen fin nos compramos una televisión Sony grandota que estaba a mitad de precio y una grabadora Sony con reproductor de CD que también estaba de oferta y que como no toca tus discos de MP3 favoritos la conectaste al DVD que también te compraste ¡Fabuloso! ¿No?


Lo que no nos dijeron es que esa mercancía es mercancía descontinuada por que las teles no tienen entrada para equipo digital, las grabadoras para reproducir CD tenían más polvo que la tumba del bisabuelo y que el DVD será reemplazado por el Blu-ray. 

¡PERO SON SONY, SOONNYYY! ¿Qué no entiendes, pinche Manuel? ¡SSSOOONNNNYYYY!
¡Aaah! ¡Si  eerdaaá!

Para mejorar las finanzas y mejorar la economía, el buen fin podria ser una buena idea ,  lo que habríamos de preguntarnos es: ¿Mejorar la economía de quien? ¿Cómo? ¿Con que? Principalmente si tomamos en cuenta que el salario promedio mensual en México es de Seis mil pesos y que el aguinaldo por ley no debe ser menor a 15 días de salario, tendremos la mitad de esos seis mil PESOTES (me recuerda a mi cuñado dandoles dinero a los escuincles diciendoles si quieren veinte pesitos o CINCO PESOTES; los niños siempre optan por los 5 pesos).



Quizá acudamos a los grandes almacenes a ver como las cosas realmente bajaron de precio pero con todo y ese descuento nadamas no nos alcanza, saldremos como perros en carnicería, pensando en que todo fue una burla. En ese momento al salir de cualquier almacén al que hayas acudido, iras con el pico agachado y la frustración a flor de piel, arrastrando los pies junto con tu familia y pensaras que si trabajaras un poco más al año, realmente activarías la (tu) economía y no con las buenas ideas que tienen tus gobernantes, a quienes veras cargando todas las ofertas que encontraron con su gran idea. O en caso contrario, mandaras todo a la verga y te endrogaras para el siguientes año, al fin y al cabo esto solo ocurre una vez al año y si tu vecino puede, ¿Por qué tu no?.



P.D. Este post no tiene un buen fin. HLMDP

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