No eres especial.


A ver, déjame verte,  si chinga… Déjame verte a través de tu monitor… ¡Mmm!… Voltea a la izquierda… ¡Aja!... Voltea a la derecha… Lo que pensaba. Te lo voy a decir sin más preámbulos, pero agárrate porque estoy a punto de derrumbar algo que siempre te hicieron creer…

¡NO ERES ESPECIAL!

No, no lo eres. Deja por favor atrás esos pinches cursos de superación y autoayuda en los que gastaste tanto dinero, deja atrás esa mamada de: “Tu eres único e irrepetible” porque no lo eres, irrepetible quizá, pero único no. Si al leer esto tienes una persona al lado tuyo que no sea tu “Reinota” o tu “Gordo” o alguien de tu familia, míralo bien y dime si es especial. No ¿Verdad? Es otra persona como tú, la cual si estuviera leyendo esto voltearía a verte y pensaría igual que tú: “Pobre pendejo, ¿Que va a tener de  especial?”

Eres igual a los demás y por consecuencia todos son igual a ti. Pero, espera, por igualdad me refiero a que la persona que tienes al lado tiene los mismos derechos, la misma obligación, anhelos, expectativas y sufre al igual que tu.

Por eso bájate de tu pedestal, donde te autoproclamaste ESPECIAL y date cuenta de que realmente no lo eres, porque sentirse especial es algo que nos afecta como seres humanos, ya que al sentirte especial crees que las personas son inferiores a ti, sino es así, dime ¿Por qué te tomas un papel de etiquetador? Y llamas a las personas, Nacos, indios, gatos, nerds, frikis, perros o cualquier otro adjetivo hiriente que esté de moda. ¿Por qué no sientes empatía por los demás mexicanos, que al igual que tú no siente empatía por ti?

Esa actitud de sentirnos especiales y que todo nos merecemos ha destruido mas a este país, que todos los carteles de la droga, que toda la bancada de políticos corruptos y que toda la bola de cabrones que nos pasamos el día rascándonos los huevos y oliéndonos los dedos. 

El sentirse especial es un gen del mexicano, nacemos sintiéndonos tan chingones, que pensamos que otro mexicano no merece lo que nosotros tenemos, porque si lo tuviera, dejaríamos de ser especiales y eso sería lo peor que nos podría pasar. ¿A poco no? No dejas que tus compañeros crezcan o se desarrollen como personas, porque podrían ser mejor que tú y entonces dejarías de ser especial. Te la pasas poniéndole piedras en el camino a tu compañero en el trabajo porque siente que te puede quitar el puesto y ya no serias especial. Así me puedo pasar el día poniendo ejemplos de cómo te sientes especial y no quieres dejar de sentirte. Por eso no eres especial, eres simplemente tú y esta es mi perspectiva de lo especiales que nos sentimos, pero no lo somos.

¡Que no, que no con una chingada!

P.D. Chingue su madre el teletón. me vale madre que esto no concuerde con lo anterior HLMDP.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sé que es cierto, que no somos más especiales uno que el otro, todos somos humanos con nuestras virtudes y defectos, todos en esencia tenemos los mismos derechos y obligaciones, pero(aquí esta la palabra que siempre chinga) a mi parecer quien es mas virtuoso debe tener mas derechos y en consecuencia mas obligaciones, es cierto que no somos únicos e irrepetibles, pero somos individuos, seres diferentes.

No podemos sacrificar nuestra individualidad, por ser una calca de lo que la sociedad considera normal, si seguimos esta filosofía entonces dejará de haber gente extraordinaría, pero bueno que sería lo extraordinario si no existiera lo ordinario.

No superiores ni inferiores, no únicos ni irrepetibles, pero sí individuos.