Cuando caminamos en las posadas,
saboreamos el inconfundible aroma del ponche de frutas, vamos pisando cascaras
de cacahuates y galletas de animalitos que venían en las piñatas y nadie recogió,
incluso nos vamos sobresaltando por los estruendos de los cuetes y su azufrosa
fragancia que nos recuerda cuando éramos unos mocosos y andamos corre y corre por
los aguinaldos y los tamales que regalaban en las casas, entonábamos las letanías
y las luces en las calles nos atraían como si fuéramos mosquitos. Sabíamos que
estaba cerca la Navidad, la cena, la reunión de la familia, los abrazos y en su
caso; los regalos. Digo en su caso porque no todos tenemos las costumbre de que
Santa Claus nos traiga los regalos, en mi caso eran los Reyes Magos quienes en
algunas ocasiones se presentaron a traerme un regalo: “Un caballo de palo, que
me sirviera de espada una vez”…
Sí, la Navidad es bonita porque reúne
a la familia y porque en ocasiones nos acordamos que celebramos nacimiento de Cristo.
Sin embargo muchas personas o todas las personas, saben que la navidad es una
fiesta en cierto grado ñoña, en la que las reuniones familiares suelen estar
plagadas de familiares que no soportamos, nos caen bien pinche gordo o nos
peleamos a muerte con ellos alguna vez y no nos podemos ver ni en el recuerdo. Invariablemente
tenemos que hacer de tripas corazón y en un despliegue de la más vil hipocresía
darles el abrazo ¿Por qué? ¡Porque es Navidad!, fecha donde hay que perdonar a
nuestros semejantes…. La verga qué.
¡¡ Feliz Navidad, Niños!!
También muchos estamos
traumadillos porque el puto del Santa Clos nunca nos trajo nada y cuando salíamos
a la calle veíamos a escuincles cuyos padres se sentían muy
primermundistas, ricos y presumidos; en sus bicicletas
nuevas (aunque ya tuvieran una, les traían una nueva a los putos). Y nos quedábamos
de a pendejos viéndolos con recelo. Y por eso pinche Santa Clos se hizo tan
famoso; porque trae regalos antes que los pinches Reyes lentos.
¡¡ A ver ¿Que les trajeron los Reyes?!!
Que es época de reflexión, la
verga también, todos andamos como chile frito queriendo gastar el aguinaldo,
comprando chingadera y media, sobrevalorando
las cosas materiales y midiendo por el costo del regalo nuestro afecto hacia la
otra persona, pero sobretodo poniéndole fe a las pachangas,
posadas, preposadas, cenas, reuniones y si hace falta un “Vamos a echarnos una
chela saliendo del trabajo, porque ya no nos vemos hasta el otro año”. Eso es
chido.
¡ Felices fiestas!
Por eso y más, todos sentimos una
cierto prejuicio hacia la Navidad; por eso sentimos empatía hacia ese personaje
del Dr. Seuss, porque sabemos que la Navidad sea vuelto un pretexto para hacer lo inverso que representa y la utilizamos para llenar el hueco en el
alma que hemos hecho en todo el año e irónicamente solo lo hacemos más grande
al terminar las fiestas.
P.D. Sí, estoy traumadillo también.
Si, también hay gente que me cae gordo, pero también hay algo que me gusta de
estas fechas, pero no sé qué. HLMDP.
3 comentarios:
Muy buena reflexión, estas fiestas el protagonista es Santa Claus y la mercadotecnia.
Si de verdad fuera tan buena la gente lo sería no solo en navidad, sino todo el año.
Terribles imagenes para reflexionar.
Tienes razon, Alex, pero es la mera realidá
P.D. HLMDP
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