Un día de Brujos (Recuerdos de la Infancia)


Recuerdo que en la vecindad donde vivía, cuando apenas tenía unos ocho o nueve años, éramos un montón de niños que siempre buscábamos como ganarnos algunos pesos para gastarlos en los videojuegos de Atari o Mario Bros. Por lo regular el pueblo siempre fue tranquilo, así que los “Jefes” nos dejaban andar en la calle sin más preocupación que los coches que apenas y pasaban por la Avenida Juárez. Yo era de los más pequeños, por lo cual mis posibilidades de ganancia no eran las mismas que las de los grandes. Por eso siempre andaba solo o con algún cuate que me jalara para conseguir dinero.


Yo juntaba las botellas de cerveza “Barrilito”, ya que nos las pagaban bien y todo el mundo las tiraba. Por eso un día que otro cuate y yo nos encontramos en un terreno bardeado, un chingo de estas, hicimos fiesta comprándonos un montón de dulces, paletas y no salimos de las maquinitas todo el día. A veces juntaba latas, otras hacia mandados a los vecinos, les tiraba la basura, vendía paletas de hielo o bolis. Pero invariablemente, los sábados de tianguis en el Mercado “Juárez”, nos lanzamos a cargarle las bolsas a las señoras… ah que pinche día tan chingon!!!


Siendo sincero, yo era un escuinclito, enanillo y todo ñango, por lo mismo las ñoras como que no querían que les cargara las bolsas del mandado. La neta eso me frustraba, pero no dejaba que mi ambición por unas monedas decayera, seguía en chinga buscando otras ñoras con su bolsota de mandado.


Aunque no ganaba un chingo como los demás, me divertía de a madres en el tianguis, sobretodo viendo a un brujo de Oaxaca que llegaba desde temprano y ponía su templete, para estafarles unas monedas a los incautos, me encantaban todas las mamadas que hacía con tal de llamar la atención, creo que a todos los chavitos nos dejaba de a seis con las cosas que sacaba de su maleta, entre estas animales como: tarántulas, escorpiones, salamandras y víboras. También sacaba cuadros que ostentaban unos “Santos” que en vida los había visto y hacia una cruz de monedas sobre una “Santa Muerte” después empezaba a pregonar y a llamar a la gente que pasaba, era todo un espectáculo verlo.


Un sábado después de refinarme dos shows, viendo como hacia muñecos vudú con un pañuelo, explicándole a la gente como los podían embrujar y dándoles remedios para que no les hicieran algún “trabajo”, diciéndoles que les dieran una foto de algún familiar o una propia si pensaban que eran objeto de alguna “mala arte” de magia negra, hecha por alguna persona con mala fe y con la intención de chingárselo, me acerque junto con otros cinco niños justo antes de que empezara la siguiente ronda de sus mentiras, como han de imaginarse, al brujo no le pareció que estuvieran niños de mirones quitándole el espacio a los clientes, por lo que saco una serpiente y nos la acercó. Yo haciéndome el valiente y a pesar que a esas chingaderas les tengo pavor, me quede parado como pendejo, para que mis cuates vieran que eran muy chingon y que no me daban miedo las mamadas que el brujo hiciera, no me iba a quitar porque quería ver sus trucos en primera fila.


Viendo que no me iba, el brujo hizo algo mas allá de darme mi “boleto” de primera fila… Me hizo parte del espectáculo!!! - Ah! Muy valiente, pues a ver cabron, me vas ayudar a trabajar - me dijo el brujo con un acento muy de su tierra.


Yo pensé que me iba a convertir en nahual o me iba a embrujar, así que con un chingo de miedo acepte. Lo primero que hizo el brujo fue meterme al espacio que ocupaba y ponerme al fondo, con la víbora en las manos empezó a llamar a la gente, la verdad del pinche miedo que tenía yo ni veía a la gente, después me empezó a poner la víbora por la nuca, (no es albur, culeros) yo me cagaba de miedo hasta que entre broma y broma se le junto más gente que de costumbre que se acercaba a ver cómo me ponía la víbora, pasándola por mi cuello y pidiéndome que le agarrara la cabeza con una mano y la cola con la otra…. No mames!! Me supercagaba de miedo y el puto brujo seguía con sus mamadas, de vez en cuando yo volteaba a ver a la pinche víbora y veía como la culera abría la bocota y enseñaba los colmillos emitiendo un silbido medio culeron , hasta que el brujo volteo y me pidió que le aflojara tantito porque la estaba ahorcando y que por eso abría así la boca. Ah chinga… tenía razón el güey, le afloje y cerró la boca. Habrán pasado como 15 minutos de tortura, que se me hicieron una eternidad hasta que terminó su sesión y me quitó la víbora. He de ver estado pálido, sudando frio y temblando, que el piche brujo le dijo a su chalan que me comprara un chesco y me pagara. Le dio 5 mil pesos y fuimos a cambiar a las carnicerías del mercado. El chalan me dio mi Fanta de piña y dos mil varotes. No chingues!! Me sentía Huicho Domínguez, bueno en aquel entonces, Ricky Ricon, el pedo es que hice lo que cualquier morrito hace cuando tiene lana… me fui a chingármelos en pendejadas, me compre una moto de juguete con su motociclista, sus cohetes y todo el pedo, obvio de plástico, también me compre un globo inflado con gas. Me fui a mi casa temprano, ya no necesitaba chambear, ya que con mi globo y mi moto, solo esperaba que llegaran mis cuates para presumirles lo que había hecho y lo que había comprado. En la espera me puse a jugar con mi moto y mi globo, pero en mi calenturienta mente de infante, no hallaba como jugar con las dos cosas a la vez... hasta que se me iluminó el cráneo. ¡Amarrar la moto al globo! (ideas chingonas, ni Einstein). Acto seguido, lance la moto para que ver como corría con el globo y… corrió, corrió, corrió hasta que se elevó y se elevó y se elevó. Yo corrí, corrí, corrí para alcanzar mi pinche moto y mi globo pero valió …rrrga, ya no los alcance. Me quede como pendejo viendo como mi moto y mi globo, mis dos mil pesos ganados con el frio sudor de mi frente, se elevaban en el cielo y se perdían en el horizonte.

Epilogo:


YO: Ya ni chillé, me quedé pensando cómo se me ocurrió esa pendejada, ya ni les presumí a mis amigos, se burlarían de mi.


El Brujo: Siguió timando a la gente por algunas semanas más, después ya no supe de él, pienso que ganó mucha lana ese día, ya que tenía una sonrisota cuando contaba sus ganancias y le dio la lana a su chalan para que me diera los dos mil pesos.


Mi Jefa: Me pregunto qué me pasaba, ya que llevaba 2 horas viendo el cielo.


Mis cuates: Fueron regañados por mi Jefa, ya que cuando llegaron, yo seguía mirando al cielo y pensó que algo me habían hecho.


El globo y la Moto: Ya no supe que fue de ellos, pero pienso que recorren el mundo y todos los niños que lo ven piensan “Que chido”. A veces miro al cielo con la esperanza de verlos pasar. HLMDP

1 comentario:

oscar dijo...

oye que buena anecdota te reventaste muñecote muchas felicidadez y te prometo que de vez en cuando mirare al cielo pa ver si veo tu globo y tu moto y si la veo yo te aviso va felicidadez ya hacia falto algo asi