Andaré muy emo o muy homo?


Termine convirtiendo mi libertad en una puta barata que se vende al precio que le exigen las necesidades básicas. Mis expresiones solo se basan en “serio”, “enojado” y “me carga la reverenda chingada”, inclusive mi niño interior se ha convertido en un pinche escuincle malcriado, de esos que cada vez son más frecuentes y con tendencias vandálicas o mutó en algo parecido a “El Ponchís”. He dejado que el dolor se convierta en sufrimiento con vigilancia permanente para que los motivos de felicidad sean vapuleados por granaderos de enojo, seriamente encabronados. Mi inspiración se basa últimamente en cosas superfluas, con severas chaquetas mentales que tienen mi cerebro colorado y ojeroso pero sobretodo oxidado.

A veces acabo pensando que empinarme unas caguamas sirve para empedarme mágicamente y abastecerme de alegría, se me olvido que las caguamas solo son un pretexto para estar con mis amigos y charlar vivencias, echar carrilla y decir pendejadas, que de ahí es donde sentía alegría, ahora siento que a veces me desprecio. Soy un pinche amargado que ya no disfruta nada, por estar pensando en banalidades para ser feliz, las cuales a veces ni quiero conseguir, y no es por falta de esfuerzo, sino porque cuando las consigo, me doy cuenta que ni falta me hacían, así que pienso en otra estupidez que conseguir y vuelve el “circulo vicioso”

P.D. Cuanto quiero escribir chingaderas, lo consigo!!

1 comentario:

holivia.sanchez dijo...

Caray ya estas entrando a eso de la globalización....